Internacional. El pasado 17 de noviembre se celebró el Día Mundial del Aire Puro, una ceremonia liderada por la Organización Mundial de la Salud OMS, en su búsqueda por elevar el nivel de salud y bienestar de la población, debido a las emisiones contaminantes que afectan a las personas y en pro del medio ambiente.
Dicha efeméride se celebra desde 1977 cada tercer jueves de noviembre, y este año se celebró con un recordatorio contra la degradación ambiental, ya que en los últimos años las muertes causadas por enfermedades respiratorias y cardiovasculares han aumentado en un 10% debido a la alta contaminación atmosférica en las grandes ciudades.
Por ejemplo, de acuerdo con la OMS, cada año en México se registran 14 mil 700 muertes asociadas a enfermedades provocadas por la contaminación atmosférica, debido a que tiene nueve de las ciudades más contaminadas a nivel mundial.
La urbe más contaminada es Monterrey, Nuevo León, que registró 86 PM10 durante este año; seguido por Toluca, Estado de México, en segundo lugar con 80 PM10; y encontramos a la Ciudad de México en el séptimo lugar con 42 PM10.
Existen estándares para la ventilación y la calidad del aire en interiores como los publicados por el Instituto Nacional Americano de Estándares (ANSI, por sus siglas en inglés), que establece los requerimientos necesarios para que un edificio cuente con la circulación de aire adecuada para el bienestar de las personas. Es decir, específica los niveles mínimos de ventilación que son aceptables para el consumo humano y no sólo eso, también designa qué tanto se debe filtrar el aire dependiendo de los niveles de contaminación exterior, ya que se debe introducir aire por los sistemas de ventilación a 17 CFM por persona (pies cúbicos al minuto por persona).
Por otro lado, los sistemas de purificación y filtración son indispensables al hablar de este tema, ya que en el aire de una ciudad desarrollada podemos encontrar contaminantes que son sumamente nocivos para la salud de la personas, por ejemplo el dióxido de azufre, el dióxido de nitrógeno, el monóxido de carbono e incluso el ozono.
Un sistema con tecnología estándar puede ser de ayuda, pero por lo general los limpiadores existentes en el mercado contienen filtros porosos muy densos, que al intentar detener el polvo, los agentes en el aire y partículas también detienen el paso del aire causando un declive en la presión con la que circula el aire dentro de un edificio.
Trane, empresa de Ingersoll Rand, líder mundial en la creación y mantenimiento de ambientes confortables, sugiere que se busquen sistemas de filtración de aire para consumo humano de última tecnología que hayan sido verificados por instituciones de salud pública, además de que garanticen la disminución de polvo, 99.98% de los alérgenos, incluyendo bacterias y virus; además de que bajen los niveles de contaminantes en espacios cerrados.
Trane considera que la innovación comienza con el conocimiento de las necesidades humanas, es por ello que pone especial atención en la innovación tecnológica para la mejora continua en climatización y así crear espacios seguros, sanos, cómodos y eficientes, porque en los edificios la gente crece, vive, trabaja, aprende, se divierte y realiza la mayoría de sus actividades.