Estados Unidos. Debido a los altos costos de calefacción por combustible fosil, el Centro de Alaska SeaLife ha transformado su funcionamiento con la utilización de bombas de calor con un sistema CO2 de alta potencia.
El Centro de SeaLife estima que sus sistemas de bomba de calor combinados ahorran US$15.000 por mes ante las tasas actuales del petróleo y de la electricidad, reduciendo las emisiones de carbono equivalente por una producción anual de 1,24 millones de libras al no utilizar calderas alimentadas por combustible. Para mantener los costos bajos, el centro SeaLife instaló las bombas de calor (aparte del sistema de control) con sus propios empleados para una contribución laboral de US$52.965.
Las bombas de calor de CO2 proporcionan calefacción para zócalos en oficinas y laboratorios, para algunas bobinas de calefacción en las zonas comunes, para el precalentamiento del agua caliente sanitaria y para pavimento en las cubiertas de observación de los animales. Las bombas de calor de CO2 también disponen de aire acondicionado desde el lado del evaporador, a través de un circuito de agua fría para dos unidades fan coil, una en un cuarto mecánico y una en una sala eléctrica.
La primera fase del proyecto consistió en la instalación de un sistema de bomba de calor de 180 toneladas que utiliza el refrigerante R-134a. En la Fase II del proyecto, el refrigerante CO2 sustituye al R-134a, lo que reduce drásticamente el potencial de impacto ambiental del sistema.