Internacional. El Instituto Internacional de Refrigeración (IIR) ha respondido a la consulta de la Comisión Europea “Gases fluorados de efecto invernadero: revisión de las normas de la UE (2015-20)”, que tiene como objetivo recopilar opiniones y sugerencias sobre la actualización del Reglamento sobre gases fluorados (UE) nº 517/2014.
El Instituto Internacional de Refrigeración (IIR) ha consultado a su Consejo de Ciencia y Tecnología y a todos los miembros de su Comisión en los distintos países miembros del IIR que son expertos en los campos de los refrigerantes, incluyendo su uso en todas las aplicaciones: refrigeración y cadena de frío, aire acondicionado, bombas de calor, criogenia ...
Todos consideran que la regulación de gases fluorados es un gran éxito y que hay que seguir aplicando el programa de reducción de cuotas y las prohibiciones de refrigerantes como se decidió previamente, hasta 2030. Esto no debería hacerse más lento, ya que parece posible continuar la eliminación gradual de los HFC según lo programado, ni más rápido, ya que, además de las cuestiones relacionadas con el comercio ilegal, ahora se debe dar prioridad a la eficiencia energética de los equipos y sistemas completos, como edificios o vehículos.
“Sin duda, una reducción progresiva más rápida conduciría a soluciones de menor eficiencia energética. Además, se necesitan regulaciones claras y estables para dar confianza y permitir una planificación inteligente de la inversión. El sector de la refrigeración representa aproximadamente el 20% del consumo mundial de electricidad y esta proporción aumenta constantemente (véanse las publicaciones del IIR, la IEA y el PNUMA). Las emisiones indirectas de CO2 debido al consumo de electricidad son dos veces más altas que el impacto directo de los refrigerantes”, dice el IIR.
Sin embargo, en cualquier caso, es necesario decidir ahora las cuotas para el período 2030-2036, ya que la Unión Europea respetará la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal: el objetivo es una reducción del 85% de las emisiones de CO2 eq en 2036 y el objetivo para los gases fluorados es solo del 79% en 2030. Tal reducción no sería un problema, pero cuanto antes se decida, mejor.
Actualmente, algunos sectores no están afectados por la regulación de gases fluorados. El IIR está preparando una Nota Informativa sobre refrigeración por debajo de -50 ° C. Explicará cómo podríamos implementar una reducción gradual en estos sectores.
“Se deben tomar acciones a nivel europeo sobre el consumo de energía, considerando el Impacto de Calentamiento Equivalente Total (TEWI). La coordinación con las acciones de la UE en materia de energía, como la directiva sobre diseño ecológico, es fundamental. Se debe dar prioridad al aire acondicionado y las bombas de calor, donde debe perseguirse la implementación del etiquetado de eficiencia energética y debe planificarse la prohibición de equipos ineficientes”, agrega el IRR.
El instituto estima además que se deben tomar otras acciones durante el período 2020-2030. El uso de refrigerantes naturales debe fomentarse y facilitarse mediante la armonización de las legislaciones nacionales, incluidas las normas de seguridad (por ejemplo, amoníaco) y mediante la implementación armonizada de las nuevas normas sobre hidrocarburos y otros refrigerantes inflamables y levemente inflamables de bajo PCA. Se debe realizar una revisión de las regulaciones actuales y futuras y su aplicación práctica en todos los países miembros de la UE con respecto a los refrigerantes inflamables y tóxicos. Una rápida implementación de nuevos estándares en toda Europa ayudaría a eliminar progresivamente los HFC actuales.
Además, debería promoverse mejor la formación sobre refrigerantes de bajo PCA o, mejor aún, convertirse en obligatoria. El IIR ha participado en el proyecto financiado con fondos comunitarios REAL Alternatives for LIFE: existen herramientas para dicha formación. La investigación y el desarrollo en todos los usos de refrigeración deben continuar más que nunca para reducir el TEWI de un número creciente de aplicaciones. Paralelamente, se debe reforzar el control y la certificación de las instalaciones para reducir las fugas.