España. La Institución Ferial de Madrid (Ifema) publicó recientemente un estudio para la medición y valoración del impacto en las expectativas del usuario de los edificios de consumo casi nulo/pasivos, adaptación de sus hábitos y percepción social del cambio en la edificación.
Uno de los resultados del estudio arrojó que el 57,92 % de los usuarios identifica una relación causa efecto entre salud y condiciones de la casa. Es un porcentaje alto, pero relativamente bajo en relación a la dimensión de la Pregunta (¿qué relación establece entre su salud y bienestar y la casa en la que ahora vive?), es decir, hay todavía un porcentaje muy elevado, el 42,07 %, que no está seguro o que, directamente no lo relaciona.
El análisis detecta que el clima es el elemento que gobierna la relación entre el usuario y el espacio que habita. Es, por lo tanto, uno de los factores que más incide en la sensación de confort. El reto de los edificios de consumo de energía casi nulo consiste en establecer una relación más equilibrada entre lo que el usuario le pide a su vivienda y lo que su vivienda puede hacer.
Según los resultados, el usuario interviene constantemente en la vivienda para sentir confort; abre y cierra ventanas, enfría y calienta según la temperatura interior, se acostumbra a ciertos ruidos en las instalaciones, etc., tiene la sensación de que si no actúa activamente, la casa no responde.
Los ECCN (Edificios de Consumo Casi Nulo) plantean un nuevo escenario para los habitantes puesto que la vivienda pasiva trabaja permanentemente sin necesidad de la intervención del usuario para lograr una temperatura confortable.
Otra parte del estudio explica que la gran mayoría de personas ventila su vivienda cada día porque relaciona esta acción con un mayor bienestar y confort. Aún así, el estudio pone de manifiesto que cuesta discernir entre ventilación (calidad de aire) y temperatura (frío/calor).
En un edificio convencional, la calidad de aire se logra a través de la apertura de las ventanas, mientras que la temperatura de confort se consigue a través de sistemas convencionales de aire.
Por el contrario, en los ECCN, se utiliza una lógica diferente: la calidad de aire se logra con sistemas de ventilación con recuperación de calor y la temperatura de confort viene dada por el uso de cerramientos-aislamientos pasivos.
El 76,27% de los usuarios abren las ventanas para ventilar y lograr un aire interior saludable. Por lo tanto, es importante reforzar la idea de que la ventilación natural puede hacerse también a través de los sistemas de ventilación mecánica (VMC) y que, éstos últimos, son, no sólo más ecológicos –puesto que al no abrir ventanas no hay oscilaciones térmicas y, en consecuencia, gasto energético- sino más eficientes y saludables.
Este cambio de paradigma que consiste en entender un sistema mecánico como algo natural y confiable, es uno de los retos importantes que debe hacer frente el sector de la construcción de ECCN.
Fuente: www.construible.es