No podemos cansarnos de repetirlo, subrayarlo y recordarlo todos los días: la capacitación es una necesidad de todos los miembros de la industria y por ello, es responsabilidad de cada uno luchar por la masificación de este tipo de espacios en América Latina.
Conozco los esfuerzos de varias asociaciones que a lo largo del año tratan de generar espacios educativos para sus miembros; muchas empresas también lideran esta clase de alternativas invitando a participar a todos sus clientes en charlas presentadas por expertos. Pero nunca es suficiente, porque la educación en nuestro sector debe ser una prioridad.
Nosotros en ACR LATINOAMÉRICA generamos contenidos que sean provechosos para los lectores, que les ayuden en sus tareas diarias y que les resuelvan sus inquietudes técnicas para luego ellos ofrecer un mejor servicio. Además, celebramos en RefriAméricas (este año en Panamá 4 y 5 de junio) la oportunidad de contar con los mejores conferencistas de la región para conocer las últimas tendencias en HVAC/R. Todo esto con el ánimo de aportar nuestro granito de arena a la educación, cumpliendo con nuestra labor comunicativa.
Pero hay varios asuntos que me preocupan y que cuestiono: ¿Hay el suficiente interés de los técnicos en capacitarse? ¿Qué tan preparados están para afrontar los nuevos desafíos que le deparan las más recientes tecnologías?
Pregunto lo anterior, porque he sido testigo de que en muchas ocasiones no ha sido suficiente la cantidad de público que se espera que asista a algunos espacios de capacitación, o son muy pocas las preguntas que se generan a partir de una charla. ¿Qué puede ser? ¿Desinterés, desconocimiento?
Sueño con ver llenos de técnicos todos los salones de conferencias y capacitaciones, hambrientos de conocimiento, más participativos y más interesados en aprender. Felicito a los que ya lo hacen, y los invito a que incentiven a sus colegas. Recuerden que esta industria depende de lo que hagamos todos y cada uno de nosotros.