Internacional. Un grupo de científicos de la comunidad europea, de diferentes universidades e institutos de investigación, publicaron un documento en el que justifican el uso del propano/r290 como refrigerante en bombas de calor, como una transición hacia la sostenibilidad.
Aunque reconocen el tema de la alta inflamabilidad del propano, los científicos argumentan que “los hidrocarburos utilizados en las bombas de calor, sin embargo, están contenidos en sistemas herméticos. Las normas internacionales de seguridad ya existen y se mejoran constantemente. Los nuevos estándares probablemente permitirán un uso más amplio de refrigerantes de hidrocarburos, a medida que se desarrollen precauciones de seguridad más detalladas”.
Sobre este mismo aspecto, argumentan que un factor importante para aumentar la seguridad, o ampliar el uso de hidrocarburos a sistemas más grandes, es reducir la carga de refrigerante por kW de capacidad de calefacción en las bombas de calor. Esta es un área que la industria ha descuidado hasta ahora, ya que la cantidad de carga no es un factor importante cuando se utilizan fluidos no inflamables. La investigación y el desarrollo recientes han demostrado que los sistemas eficientes pueden funcionar con aproximadamente 10 g de propano por kW, en comparación con los aproximadamente 100 g de propano por kW requeridos con los diseños típicos.
Sobre el tiempo necesario para rediseñar, la comunidad científica europea explica que muchos fabricantes en Europa ya están trabajando en nuevos diseños de bombas de calor con propano como refrigerante. Pasar de refrigerantes sintéticos no inflamables a hidrocarburos inflamables requiere una cuidadosa consideración de la seguridad, tanto en los sitios de producción como para los productos.
“Se hizo una transición similar hace unos 30 años, cuando toda la industria de refrigeradores pasó de usar R12 a isobutano en un período de 3 a 5 años. Con base en estos antecedentes, parece realista un tiempo de transición a propano para instalaciones exteriores de 3 a 5 años y para bombas de calor interiores de 3 a 8 años, dependiendo de las diferentes aplicaciones y rangos de capacidad”, aseguran los expertos.
El documento concluye que aunque el cambio de refrigerante a propano para las bombas de calor exteriores aire-agua es imparable, el cambio a propano para las bombas de calor interiores sigue siendo un desafío y probablemente requerirá más de tres años, debido a las complejas normas de seguridad y los requisitos de construcción.
“Abogamos por el anuncio temprano de fechas de extinción claras y ambiciosas de los refrigerantes sintéticos, tomando diferentes períodos de tiempo de desarrollo para diferentes clases de productos (interior/exterior/monobloque/split/multi-split/VRF) y áreas de aplicación (residencial/ comerciales/industriales) en cuenta. Cualquier desarrollo de nuevos productos debe centrarse claramente en los refrigerantes naturales”.