Colombia. La alianza entre la Academia AFT y Universidad de Medellín, tiene entre sus ventajas el futuro uso de laboratorios del campus universitario, para los cursos técnicos certificados para la industria del aire acondicionado, que actualmente ambas entidades ofertan.
Dichos laboratorios cuentan con maquinaria especializada como una unidad controlada de recirculaciòn de aire acondicionado (TARC), un equipo de energía eólica controlado desde computador (EEEC) y un equipo básico de energía solar térmica (MINI-EESTC), entre otros, de la marca Edibon, una compañía española especializada en fabricar equipos de enseñanza técnica y para la investigación en el campo de la ingeniería.
Recursos a los que se les debe sumar otro espacio, que es una sala completamente dedicada a hacer mediciones de calidad del aire en condiciones simuladas.
Universidad de Medellín y su aporte
Ahora bien, todo esto no sería posible sin el aporte de la Universidad de Medellín, que es la entidad que puso a disposición para estos cursos de formación dichos laboratorios especializados, ubicados en el campus universitario de Medellín, que serían el espacio designado para las prácticas.
Adicionalmente, es gracias a su presencia que los cursos pueden ser certificados, pues esta institución educativa es la que cuenta con las licencias, exigidas de parte de los entes de control en Colombia, para poder emitir de manera más formal un aval de los conocimientos adquiridos.
María Isabel Maya Mejía, jefe de la Educación Continuada de la Universidad de Medellín, persona encargada de hacer el puente entre la Academia AFT y su institución, explicó que: “para la universidad de Medellín es muy importante potenciar la educación no formal, a través de seminarios, cursos, diplomaturas y certificaciones internacionales. Como universidad sabemos que debemos aunar esfuerzos con otras entidades que validen el mercado, que estén en el sector real y que nos puedan aportar mucho conocimiento, experiencia, docentes y a su vez atraer diferentes públicos objetivos".
De igual manera nos narró el proceso que debe pasar toda empresa u organización que desee trabajar en conjunto con la universidad.
Se parte de la manifestación del interés de parte de la entidad externa, en este caso fue la Academia AFT. En segundo lugar la universidad valida que las temáticas que se oferten o propongan sean pertinentes y de calidad.
Una vez se identifica la pertinencia del contenido para que los egresados y estudiantes puedan potenciar su conocimiento, habilidades y experticia en el mercado, inmediatamente pasamos la propuesta a la facultad o decanatura asociada a la materia que se desea abordar, para que pueda evaluar el microcurrículo del curso (para este caso puntual fue la facultad de ingeniería) y, finalmente, se estructura el convenio de cooperación desde lo jurídico.
Ahora bien, los convenios pueden variar en diferentes aspectos, porque dependen de los recursos que tengan las entidades externas. Para este caso los docentes los asigna la Academia AFT, por su excelente experiencia y trayectoria, con que la universidad pone su plataforma, convocatoria y espacios de laboratorio.
Finalmente, Maria Isabel apuntó que la novedad y relevancia de los cursos que brinda con la Academia AFT se dio porque no tenían otras ofertas similares y, en ese sentido, tenían un público objetivo desatendido, importante de abordar, incluso si la propuesta era para espacios que se les figuraban muy cortos, teniendo en cuenta lo que normalmente brinda la institución.