No es lo mismo consumir menos energía eléctrica que utilizar estrictamente la necesaria. Lo primero requiere de estrategias avanzadas y lo segundo simplemente tiene que ver con el cuidado y la planeación.
Por Alfredo Sotolongo*
No me canso de explicar que lo más fácil de hacer para contrarrestar el aumento en el costo de la energía es evitar malgastarla; en otras palabras, aplicar los tres conceptos básicos para conservar la energía:
- Mantenimiento preventivo.
- Programar el uso de equipos mecánicos y eléctricos.
- Utilizar equipos y sistemas para evitar el desperdicio de energía.
Como todos sabemos, se proyecta que el costo de la energía, y especialmente el de la energía eléctrica, aumente exponecialmente en los próximos cinco años.
Hay estudios que revelan que el costo tan alto de la energía es la mayor preocupación de los administradores de empresas, en particular de hoteles, hospitales, industrias y edificios de oficinas.
Al invertir en los tres conceptos básicos, además de minimizar el malgasto de la energía, se logran varios beneficios marginales y no todos necesariamente económicos. Se logra aumentar la productividad de los empleados, hace más competitiva la operación de la empresa y también contribuye al beneficio ecológico del país.
Con los nuevos sistemas y equipos desarollados en los últimos cinco años, existe la posibilidad de ahorros energéticos en muchas áreas de los edificios mencionados anteriormente.
Lo primero, que es a la vez lo más simple y que requiere una inversión mínima, debe ser el programa de mantenimiento preventivo. Inspeccionar regularmente y tomar acción correctiva en los siguientes componentes:
- En las calderas, si las tuvieran, verificar que la combustión sea ajustada a la condición óptima y la correa del ventilador esté operando correctamente.
- Todos los equipos, como unidades de aire acondicionado y ventiladores, deben mantener las correas y las poleas con el ajuste correcto.
- Cambiar los filtros de las unidades de aire acondicionado cuando se saturen para minimizar la caída de presión.
- Asegurarse de que los serpentines de las unidades de refrigeración y aire acondicionado están límpios para maximizar la transferencia de calor.
- Inspeccionar regularmente las presiones de refrigerante en los equipos de aire acondicionado y de refrigeración.
Frecuentemente hago hincapié en los sistemas de aire acondicionado porque en nuestros países, que total o parcialmente se encuentran entre los trópicos de Cancer y Capricornio, el aire acondicionado representa, dependiendo de la entalpía del aire exterior, entre el 50% y el 70% del consumo eléctrico.
Operar cuando sea estrictamente necesario
El segundo concepto básico y también relativamente económico de implementar es programar el arranque y la parada de los equipos eléctricos o mecánicos junto con el encendido y el apagado de luces. Esto evita que se consuma energía en horas que dichos equipos o luces no deben operar, cosa que siempre me ha llamado la atención al hacer análisis energéticos.
Hemos encontrado, por ejemplo, unidades de aire acondicionado operando a horas en que los salones se encuenran sin ocupación y no sólo operando, sino manteniendo la temperatura de diseño.
Nuestra experiencia nos demuestra que los empleados no siempre recuerdan apagar los equipos o las luces. Eso sólo se puede lograr efectivamente por medio de la programación, usando sistemas de bajo costo y sencillos de operar.
El tercer concepto que se debe analizar responsablemente desde el punto de vista financiero, es la aplicación de equipos y sistemas para recuperar la energía que se desperdicia.
Por ejemplo, en sistemas de ventilación donde el aire frio y deshumidificado se extrae hacia el exterior, pudiéndose utilizar para pre enfriar y deshumidificar el aire exterior que se introduce al sistema de aire acondicionado. También, aplicar volumen variable de agua y aire siempre que se puda justificar, basado en los ahorros y en el tiempo de la recuperación de la inversión.
En la planta central de aire acondicionado es donde se consume el porcentaje más alto de energía eléctrica. Se recomienda diseñarla utilizando volumen variable de agua, con lo que se logra que la planta completa se adapte a la carga térmica que se presenta a cada instante y, por lo tanto, el consumo es directamente proporcional a la carga térmica, ni más ni menos.
Además, los enfriadores (chillers) se deben seleccionar con compresores centrífugos para operar a cargas parciales, entre el 25% y el 80% de su capacidad total, lo que representa el menor consumo posible de kilovatios por tonelada de refrigeración.
La empresa SMARDT es uno de los fabricantes que ha dedicado el mayor porcentaje de sus recursos a la investigación y el desarrollo de enfriadores con compresores centrífugos, no sólo con rodamientos magnéticos, sino que no necesitan aceite para su lubricación. Esto require solamente dos amperes de corriente para poner en marcha el compresor (comparado con otros enfriadores similares que necesitan hasta 600 amperes para ponerse en marcha). La eficiencia es excelente a cargas parciales y al no necesitar aceite para su lubricación, la transferencia de calor en el evaporador y en el condensador se maximiza.
En próximos artículos, profundizaré sobre estos conceptos básicos para compartir con ustedes experiencias vividas en los 45 años de mi trayectoria profesional.
* Presidente de Protec, Inc., está certificado como ingeniero profesional en Puerto Rico y en el estado de la Florida; tiene más de 40 años de experiencia en la aplicación y venta de sistemas y equipos para la conservación de energía. Es miembro de ASME (American Society of Mechanical Engineers), AEE (Association of Energy Engineers), ASHRAE y fue presidente del capítulo Miami de dicha asociación.