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Tradicionalmente la biomasa vegetal se usa en chimeneas y estufas con métodos rudimentarios. Ahora existe una nueva tecnología que le da un mejor uso a este recurso. Se trata de las calderas de pellets y las de astillas, que, a diferencia de las de leña son alimentadas de manera automática y no manual a través de máquinas trituradoras de leña, las cuales se pueden programar para producir tamaños específicos de madera.
También pueden usarse con bolitas fabricadas con residuos forestales y otros desechos procedentes de la madera.
Existen, además, estufas de leña y pellets, funcionales para viviendas que no disponen de calefacción central. Éstas tienen un horno incorporado donde se puede cocinar simultáneamente. Es así como las calderas de biomasa ofrecen más beneficios personales y globales que desventajas y se presentan como parte de la solución a la problemática del calentamiento global a la que hoy se ve enfrentado nuestro planeta.