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Las afirmaciones de quienes están directamente relacionados con este mercado son bastante alentadoras y por lo general ofrecen expectativas de crecimiento que se ubican por encima del pronóstico de la región.
El presente año pasará a la historia económica como el período en el que se comprobó que ni siquiera la nación más poderosa del mundo pudo ponerse a salvo de una debacle económica causada por múltiples factores. Latinoamérica, como era de esperarse, poco pudo hacer para liberarse de este espiral económico, y además de las caídas en las más importantes bolsas de la región estos países han tenido que enfrentar elementos bastante negativos como la caída en los precios de varias materias primas como el cobre y el petróleo gracias a recortes en la demanda; lo que su vez desembocará en una caída del consumo en la región, pues obviamente se está reduciendo el poder adquisitivo en estos países.
Además, cifras preliminares del FMI indican que en el año próximo la región crecerá tan sólo un 2,5% y algunos de los casos más complicados se esperan para México y Estados Unidos, donde la expectativa de crecimiento se sitúa alrededor de 0,9% y 0,7%, respectivamente.
Sin embargo, a pesar de este panorama puede decirse a modo general que 2008 fue un año positivo para la industria. Una vez más, el crecimiento que se ha visto en las economías regionales, por lo menos hasta el cierre del presente año, puede considerarse como el factor que más impulso el consumo de soluciones de aire acondicionado, sumado esto a cierto crecimiento observado en la construcción; el incremento en la producción de alimentos, por su parte, impulsó el consumo de soluciones de refrigeración y esto a su vez se vio reflejado en la demanda de evaporadores y condensadores.
Por otro lado, la preocupación mundial por el consumo energético también llegó a Latinoamérica, más concretamente a los países centroamericanos, los cuales son importadores de petróleo. Esta situación estimuló la comercialización de dispositivos de control; los refrigerantes no se quedaron atrás y la actual transición de sustitución de sustancias nocivas para el medio ambiente hizo lo propio con el consumo de sustancias “ecológicas”.