Internacional. Así lo afirma la ONG Global Energy Association, basándose en un estudio del Centro Federal de Investigación de la Academia de Ciencias de Rusia de Daguestán, el cual fue publicado originalmente en la revista Applied Physics Letters.
Previamente, dicha investigación concluyó que “la seguridad medioambiental de los sistemas de refrigeración de los electrodomésticos podría garantizarse mediante el uso de una aleación de níquel, manganeso, estaño y una pequeña cantidad de cobre, que se enfría casi irreversiblemente hasta 13 grados centígrados bajo la influencia de campos magnéticos”.
Como regla general, los sistemas de enfriamiento utilizados en acondicionadores de aire y refrigeradores funcionan mediante enfriamiento por compresor: la temperatura disminuye debido a los refrigerantes (generalmente gases), sustancias que, cuando se evaporan, quitan el calor del objeto que debe enfriarse.
Sin embargo, a temperaturas elevadas, como cuando se descongela un refrigerador, los refrigerantes liberan compuestos tóxicos, incluidos flúor y cloruro de hidrógeno.
Una alternativa más ecológica es el enfriamiento magnético, durante el cual una sustancia sólida cambia su temperatura en respuesta al campo magnético que la rodea. Si un objeto se coloca en un campo magnético que aumenta gradualmente, la sustancia comenzará a enfriarse y a absorber calor del ambiente. Alternativamente, cuando el campo magnético disminuye, el objeto liberará calor y se calentará.
El enfriamiento magnético también funciona en un rango de temperatura más amplio, incluidas temperaturas cercanas al cero absoluto (menos 273,15 grados Celsius), mientras que un refrigerador convencional funciona en el rango de más 4 a -20 grados Celsius. Por este motivo, los científicos buscan activamente materiales que sean especialmente eficaces en términos de refrigeración magnética.
Uno de estos materiales fue propuesto por científicos del Instituto de Física Amirkhanov del Centro Federal de Investigaciones RAS de Daguestán, que estudiaron la capacidad de una aleación a base de níquel, manganeso, estaño y una pequeña cantidad de cobre para cambiar su temperatura bajo la influencia de un campo magnético.
Los autores realizaron un experimento en el que colocaron la aleación en un dispositivo al que se aplicaron campos magnéticos constantes y pulsados. Para evaluar las propiedades magnéticas de la aleación en estudio, los científicos cambiaron la temperatura en el dispositivo dentro del rango de -25 a +50 grados centígrados.
El mayor efecto se logró a una temperatura del dispositivo de 1,85 grados centígrados: en estas condiciones, la influencia del campo magnético sobre la aleación permitió reducir su temperatura en 13,15 grados centígrados. En el momento de la exposición al campo magnético, la muestra quedó aislada del medio ambiente y no pudo intercambiar calor con él. Después de que se apagó el campo magnético, la aleación mantuvo una temperatura baja (menos 11 grados Celsius).
Esto significa que la nueva aleación se puede utilizar potencialmente en sistemas de refrigeración híbridos que combinan el compresor y los métodos magnéticos.
“El método propuesto permite enfriar objetos a -13 grados centígrados en sólo 0,1 segundos. A modo de comparación, se necesita una media de 1 minuto para enfriar un refrigerador a base de refrigerante de gas en 1,8 grados Celsius. Por tanto, el enfriamiento magnético demuestra resultados más eficientes. Los datos obtenidos serán útiles en el desarrollo de sistemas de refrigeración híbridos, como los refrigeradores domésticos”, afirmó Adler Gamzatov, investigador principal del Instituto de Física Amirjánov.
Como dijo Sergey Alekseenko, ganador del Premio Global de Energía y miembro de la RAS, en una entrevista con la Asociación Global de Energía, dejar de utilizar freones y otros gases industriales que contienen halógenos, que agotan la capa de ozono, podría resolver el problema de la destrucción de la capa de ozono.
“Como alternativa, los fabricantes han comenzado a utilizar freones que no dañan la capa de ozono, principalmente hidrofluorocarbonos del tipo Freón 134a, que ahora se utiliza ampliamente en refrigeradores. Pero tanto los freones que agotan la capa de ozono como los que no dañan la capa de ozono son fuertes gases de efecto invernadero. Por eso, también se prohibirá su uso en un futuro próximo”, señaló.