Los HCFC en América Latina siguen dominando el mercado de los refrigerantes, sin embargo, con las normativas existentes que reducirán gradualmente su uso, las asociaciones juegan un papel fundamental en el compromiso y capacitación para adaptarse al cambio.
por Duván Chaverra Agudelo
Los HCFC siguen siendo los refrigerantes más utilizados en algunos países de América Latina y actualmente no existe un producto que iguale su línea. Sin embargo, tras la definición del Protocolo de Montreal, para el año 2015 se iniciará la reducción gradual del consumo, hasta llegar al 2.5% en el año 2030.
“La primera medida de control de eliminación del consumo será el año 2015, cuando se deberá eliminar el 10% del consumo de la línea base. Las siguientes fechas de control son los años 2020 y 2025, en los cuales se deberá eliminar el 35% y el 67,5% de dicho consumo, respectivamente. Asimismo, para el año 2030 se deberá reducir el consumo en 97,5% de la línea base, y para el periodo comprendido entre los años 2030 y 2040 se permitirá, a cada país, el uso de 2,5% del consumo de la línea base, para actividades de mantenimiento”, explicó Xiomara Stavro, consultora regional de la Unidad Técnica Ozono (UTO) del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia.
ACR LATINOAMÉRICA habló con expertos sobre el estado actual del mercado de los HCFC; además, contamos con la opinión de dos importantes asociaciones de la industria en América Latina como lo son la Cámara Chilena de Refrigeración y Climatización A.G. y la Asociación Colombiana del Acondicionamiento del Aire y la Refrigeración (Acaire), que contarán de qué manera participan en la reducción gradual de estos refrigerantes.
Klaus Peter Schmid, director del gremio chileno, comentó lo siguiente: “El uso de refrigerantes del tipo HCFC es muy común en América Latina. En Chile se estima que aproximadamente un 70% de los refrigerantes sintéticos (HCFC y HFC) actualmente en uso en equipos y sistemas son de este tipo. El actual nivel de precios y sus grandes volúmenes de uso por servicios de mantenimiento siguen ejerciendo presión sobre el mercado, en el sentido de que hay gran variedad de oferentes del producto y con ello una gran competencia y precios a la baja, lo que desincentiva o retrasa en alguna medida los necesarios cambios a realizar. El amoniaco es ampliamente utilizado en instalaciones industriales nuevas, no así el CO2, donde recién se está implementando el primer proyecto para una cadena de supermercados”.
En Colombia, Los HCFC son los refrigerantes más comercializados, por encima de los HFC, CO2 y amoniaco. En los últimos años ha aumentado el consumo nacional de mezclas de HFC, las cuales se han utilizado como reemplazo de los CFC o en la instalación de nuevos equipos de aire acondicionado. El amoniaco sigue siendo muy fuerte en sus nichos de mercados (por ejemplo: grandes instalaciones de refrigeración industrial), pero su introducción en otros mercados aún es mínima.
“Dentro de los HCFC usados en el país se encuentran el HCFC – 22, el HCFC – 141b, y el HCFC – 123, como los principales, hay uso de HCFC – 124 y HCFC – 142b como parte de mezclas de refrigerantes como lo son R – 409A ó el R - 406A. El total importado por el país en el 2010 para estas sustancias fue de 2.889 toneladas, incluyendo los HCFC presentes en las mezclas”, comentó Xiomara Stavro.
La labor gremial
Las entidades que agremian a la industria juegan un papel importante en ese proceso de transición en cuanto a los refrigerantes. El tema educativo y de incentivos se debe reforzar en todos los frentes para hacer más efectivo el cambio de los HFCF a otras alternativas minimizando la afectación en algunos sectores de la industria.
En Chile, tanto la asociación local, como la División Técnica de Aire Acondicionado y Refrigeración (ditar – Chile) y el Ministerio del Medio Ambiente vienen trabajando de la mano para fortalecer las reglamentaciones, certificar técnicos y capacitarlos sobre buenas prácticas de refrigeración.
“Bajo el marco del Protocolo de Montreal, recientemente se publicó la primera Norma Chilena NCh-3241-2011 sobre Buenas Prácticas en Refrigeración y Climatización, que entrega claras directrices sobre procedimientos que se realizan habitualmente en sistemas de refrigeración y climatización y cómo ejecutarlos correctamente, con criterios objetivos de éxito. Paralelamente se está trabajando en un programa para lograr la certificación de técnicos y profesionales que trabajan en nuestros rubros. Por último no podemos dejar de mencionar los exitosos programas de capacitación, tanto públicos (la gran mayoría) como privados, en buenas prácticas en refrigeración y climatización como en tecnologías de reconversión de refrigerantes, con miles de profesionales capacitados a la fecha en todo Chile”, explicó Klaus Schmid.
En Colombia, por su parte, Rodrigo Pinzón comentó que la labor de Acaire se basa fundamentalmente en promover los programas sobre la implementación de refrigerantes amigables con el medio ambiente por medio de charlas que permitan aportar en la formación de los profesionales.
“Acaire junto con el Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje) y la UTO constituyen una pieza fundamental, ya que por medio de estas se pueden implementar programas para incentivar al personal técnico e ingenieril en el uso de refrigerantes ecológicos, entre los que se cuentan los hidrocarburos (HC), CO2, NH3, etc. La capacitación permanente y la investigación de nuevas tecnologías e infraestructura para el manejo de estas nuevas sustancias son incentivadas por medio de las conferencias, seminarios y cursos organizados por este tipo de organizaciones”.
El presidente de Acaire agregó al respecto que “tenemos programas de formación para el personal que realiza actividades de manufactura, comercialización, diseño, instalación y mantenimiento de sistemas de refrigeración y climatización. De esta forma se garantiza el compromiso del gremio colombiano en la disminución de su impacto ambiental por medio del desarrollo de tecnologías más limpias y amigables con el medio ambiente. Acaire ha venido acompañando a la mesa sectorial liderada por el Sena para la actualización en las normas de competencia laboral, lo que permitirá continuar con la gestión de lograr personal técnico mejor capacitado y comprometido”.
Ambas asociaciones concuerdan en que su labor en este aspecto es más educativo y que no tienen acceso a ayudas por parte de organismos públicos o privados para ejecutar la transformación en el tema de los refrigerantes.
“Las asociaciones gremiales chilenas cumplen más bien una función de apoyo técnico a los programas gubernamentales liderados por el gobierno y, dado al reconocido Plan de Manejo de Refrigerantes para Chile, que logró eliminar el uso de los CFC en los plazos fijados, es altamente probable que se generen proyectos de reconversiones tecnológicas en un futuro, eventuales apoyos económicos o subsidios parciales a reconversiones tecnológicas; pero el énfasis estará, sin duda alguna, en programas de capacitación en todo el país, que es lo que como Cámara Chilena de Refrigeración y Climatización A.G. y Ditar - Chile hemos definido como la tarea más importante y con mayor efecto multiplicador”, explicó Klaus Schmid.
Finalmente, el presidente de Acaire indicó al respecto que “las asociaciones como Acaire son entidades sin ánimo de lucro, su presupuesto es muy limitado y depende de los aportes de los asociados y de empresas que contribuyan en las diferentes actividades y que conlleven a difundir el espíritu de compromiso con el medio ambiente. Son las empresas fabricantes, comercializadoras, contratistas y consultoras las que deben acoger las recomendaciones que desde Acaire se hacen y que supervisen y auditen para que las diferentes actividades se realicen con responsabilidad y compromiso con la humanidad”.