En un teatro grande, mantener cómodos a los espectadores puede implicar un gran reto, pero las posibilidades son infinitas.
Por: Jorge Gaitán*
Las necesidades de ventilación varían constantemente, dependiendo de si la película que se está presentando es un éxito o un fracaso de taquilla, o si se trata de una función matinal o una vespertina. Entre más personas haya en el teatro, más complejo será proveer una calidad aceptable del aire interior (CAI, por sus siglas en inglés).
Las personas, y el CO2 que exhalan, tienen un impacto real en la calidad del aire interior; entre más grande sea la audiencia, más aire fresco se necesita para solucionar este problema. Demasiado aire fresco eleva los costos de calefacción y de refrigeración, lo cual dispara la factura del consumo de energía eléctrica.
Necesidad versus costos
Hoy en día, numerosas cadenas de teatros importantes, grandes cadenas de ventas al menudeo, entre otras compañías, mantienen cómodos a sus clientes con un Controlador Automático de Ventilación (CAV), que regula la cantidad de aire fresco que entra, de acuerdo al número de ocupantes de un lugar.
Aire fresco y dióxido de carbono
El control automático de ventilación estima el número de personas que hay en el edificio con base en los niveles actuales de dióxido de carbono (usando un sensor de CO2) y luego envía una señal al controlador de techo.
Para reducir la necesidad de refrigeración mecánica se usa un ahorrador accionado por engranajes que regula de acuerdo a la temperatura del aire externo. El controlador interrumpe el regulador de aire externo de acuerdo con los niveles de CO2, pasándolo a la posición adecuada según la cantidad de ocupantes. En una sala de cine, por ejemplo, el regulador se abrirá al máximo cuando la sala esté completamente abarrotada, pero se mantendrá en la posición mínima en una función matinal donde no haya casi nadie.
Interrumpir el regulador de aire externo solo es posible con un regulador ahorrador modulador; de lo contrario, habría que enviar a alguien al techo cada vez que cambiara la medida de CO2.
Un sistema simple y eficiente
Escoger un sistema CAV con controles integrados hace más fácil su uso. Se envía una señal de acuerdo con la medición de CO2, se interrumpe la posición del regulador para reducir el consumo de energía y garantizar un ambiente cómodo y saludable. El diseño amigable con el usuario permite a los encargados de las salas de teatro o a los jefes de almacenamiento monitorear los niveles de CO2 así como otro tipo de información, incluyendo las alarmas, en el sitio o desde un lugar remoto.
Los ahorradores accionados por engranaje requieren menos mantenimiento ya que no necesitan cubiertas y demandan menos ajustes. Esto ayuda a garantizar que siempre haya disponible una adecuada cantidad de aire fresco externo para mantener la comodidad y reducir el consumo de energía.
Beneficios para el negocio
Los teatros no son los únicos negocios que obtienen beneficios tangibles al mejorar la calidad del aire interior. Una baja CAI puede acarrear distintos problemas, desde olores indeseables hasta el denominado “síndrome del edificio enfermo”. No solo puede hacer sentir incómodas a las personas, sino que además puede enfermarlas. La norma superior en el mantenimiento de la calidad del aire a través de ventilación es la 62-2001 de la ASHRAE (Sociedad Norteamericana de Ingenieros de Refrigeración y Aire Acondicionado).
La norma de ASHRAE sobre Ventilación para una Aceptable Calidad del Aire Interno prescribe los rangos necesarios de ventilación para aumentar la comodidad y reducir el consumo de energía, así como los riesgos de responsabilidad concomitantes. Esta norma está incorporada en muchos códigos de edificios para promover mejores prácticas respecto a la ventilación para mantener la calidad del aire.
* Lennox Industries, Inc.